viernes, 15 de agosto de 2014

El adulto de inicios del S.XX en "El Principito"

La novela corta "El Principito", escrita por Antoine de Saint-Exupéry al inicio de la segunda guerra mundial, trata temas como el amor, la amistad y el respeto. Uno de los aspectos más interesantes de la obra es la representación del adulto como un ser sin imaginación y controladora.

Para poder representarlo claramente, el autor usa a un narrador en 1era persona, que se distingue de los otros adultos, al él sí ser imaginativo y creativo. Él comenta que su experiencia con los adultos ha siempre sido la de un niño que actúa entre ellos: "Pero siempre me respondían: -Es un sombrero-. Entonces no le hablaba ni de serpientes boas, ni de bosques vírgenes, ni de estrellas. Me colocaba a su alcance. Le hablaba de bridge, de golf, de política y de corbatas. Y la persona grande se quedaba muy satisfecha de haber conocido hombre tan razonable". Se connota así, que el narrador se siente lejano al mundo de los adultos promedios y tan solo actúa para que lo entiendan ("Me colocaba a su alcance"). Más tarde agrega que su opinión respecto a los adultos no ha "mejorado excesivamente". 

El narrador piensa además que los adultos han dejado de imaginar- Él dice: "[...] a fin que las personas grandes pudiesen comprender. Siempre necesitan explicaciones [...]". Con esto, el narrador protagonista nos aclara que el adulto en su recuerdo de niño, necesita constantemente de explicaciones para poder entender a lo que se refiere. Se interpreta así que los adultos del S.XX han dejado de imaginar y creer, y ahora se rigen por lo obvio, visible o factible. Es interesante además que durante esta epóca apareció la corriente filosófica del Positivismo como corriente predominante. Esta buscaba estudiar y entender todo, basándose en datos visibles y factibles. Esta corriente elimina por ejemplo el alma como objeto de estudio en la Psicología. 


Es interesante además la comparación que hace el narrador entre los adultos y los niños: "Las personas grandes nunca comprenden nada por sí solas y es cansador para los niños tener que darles siempre y siempre explicaciones". El narrador distorsiona la idea global de que los niños exigen las explicaciones a los adultos, para poder hacer reflexionar sobre quién es en verdad el que tiene las respuestas. Más tarde agrega: "Debí elegir otro oficio y aprendí a pilotear aviones". El narrador hace referencia a su deshechado deseo de volverse pintor. Él se ve obligado a hacerlo, ya que los adultos no entienden sus dibujos y necesitan de expliaciones para entenderlos. El protagonista nos da a entender que en el S.XX los niños deben dejar sus pasiones y posibles oficios, ya que los adultos no pueden entenderlos y deben "colocarse a su nivel", volviéndose así otros adultos promedios, y haciendo lo mismo en eun círculo vicioso.
Los adultos del S.XX no permitían ideas que ellos no aceptaran y cambian hasta a los niños. Esto se relaciona mucho con el incio de la guerra, que fue la imposición de una nación como la mejor (Nacionalismo) y la prohibición de otras naciones que fueran enemigas al no entenderse mutuamente. 


En conclusión, la representación de Saint-Exupéry es muy acertada al explicar varios aspectos del hombre del S.XX: incrédulo, no creativo e incomprensible. De esta forma logra además mostrar el pensamiento nacionalista de inicios de la segunda guerra mundial.

                                                                                                                                
Fuentes: http://revistatarantula.com/wp-content/uploads/2013/06/Don-Quijote-7.jpg; 
http://www.jovenjuglar.com/wp-content/uploads/boa-elefante.jpg

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